domingo, 15 de abril de 2012

AUTORES CHILENOS





Ana María Güiraldes

(Linares, 1946) Escritora chilena dedicada a la literatura infantil. Aficionada desde muy pequeña a la lectura, gusto que recibió del ambiente familiar, empezó a escribir ya de niña. Finalizados sus estudios, trabajó a partir de 1969 como profesora de castellano en la Universidad Católica.

Sus primeros cuentos para niños aparecieron en diarios y revistas y, en 1970, comenzó a colaborar en el suplemento infantil "Pocas Pecas", donde dio vida al personaje del mismo nombre. Complementó esta actividad con la de libretista de un famoso programa para niños en la televisión.

Participó en los talleres literarios de Enrique Lafourcade y Miguel Arteche y en 1983 publicó El nudo movedizo, su primer libro de cuentos para adultos, que ganó el Premio Municipal de ese año. A esta recopilación le seguirían Las muñecas respiran (1985), y Cuentos de soledad y asombro (1989), también para adultos. Desaparecido el suplemento "Pocas Pecas" de El Mercurio, en 1985 aceptó el cargo de editora de la revista para preescolares Jardín Infantil Apuntes, de Ediciones Lo Castillo.

Pero lo más destacado de su producción es su literatura infantil. Deben citarse, entre otras, sus recopilaciones de cuentos El Sueño de María Soledad (1973), Ratita Marita y la Lombriz Resfriada (1987), El mozo buen mozo y otros cuentos (1990) y las novelas cortas Un embrujo de cnco siglos (1991), Un día en la vida de Esplandián, caballero andante (1992), Un día en la vida de Shimaltopoca, niño azteca (1992) y Un día en la vida de Quidora (1992). También cuenta en su haber con un libro de cuentos detectivescos, Trece Casos Misteriosos, y otras obras como Fábulas cantadas y Cuentos sabrosos.

Sus relatos infantiles están contados como si fuera un niño el que lo hiciera; así pues, su mirada se transforma para apreciar ciertos lados de la vida que interesan más a una edad que a otra. A través de sus páginas se revelan los misterios de las cosas simples, aquellas que parecen no tener trascendencia pero que son, quizá, las más importantes, al menos para los personajes. La invención de nuevos códigos lingüísticos y su extraordinaria fantasía figuran entre los aspectos más elogiados de sus narraciones.